La hepatitis viral es una infección que afecta el hígado. Existen varios tipos de hepatitis (A, B, C, D y E), las tres más comunes son hepatitis A, B y C.
La hepatitis A es una infección aguda y las personas generalmente se recuperan sin necesidad de tratamiento. Las hepatitis B y C pueden causar una infección crónica, son las que requieren mayor cuidado, ya que según cifras de la OMS son las causantes de más de 1,4 millones de muertes al año en el mundo.
Hay una vacuna para prevenir la hepatitis A y B, sin embargo, no hay vacuna para la hepatitis C. No obstante, la hepatitis es una enfermedad transmisible que se puede prevenir.
Hepatitis A
Es causada por el virus de la hepatitis A (HAV), solo causa infección aguda y, por lo general, mejora después de algunas semanas sin tratamiento.
El virus de la hepatitis A se transmite a través del contacto con las heces de una persona infectada. Puede protegerse poniéndose la vacuna contra la hepatitis A.
Asimismo, es una de las cepas más infecciosas de esta enfermedad inflamatoria, según datos de la Caja Costarricense del Seguro Social más del 70 % de las hepatitis que se atienden en los servicios de salud corresponden a hepatitis A.
Algunos de los síntomas que se pueden presentar entre dos y seis semanas al contagio son:
- Coloración amarillenta de la piel y los ojos, conocida como ictericia.
- Orina oscura.
- Náuseas y vómitos repentinos.
- Dolor abdominal.
- Fatiga constante.
- Evacuaciones del color de la arcilla.
Hepatitis B
La hepatitis B es una infección hepática grave causada por el virus de la hepatitis B (VHB), se transmite tanto por sangre como por relaciones sexuales, agujas contaminadas y de madre a hijo durante el parto, se cura en el 90% de los casos, no obstante, existe un 10% que se convierte en hepatitis crónica, lo que significa que dura más de seis meses, entre más joven sea la persona más posibilidades hay de que se vuelva crónico.
Tener hepatitis B crónica aumenta el riesgo de contraer insuficiencia hepática, cáncer de hígado o cirrosis. La vacuna puede prevenir la hepatitis B, pero no existe cura si ya padeces la enfermedad.
Según datos de la OMS en la región de América Latina cada año hay aproximadamente 10 mil nuevas infecciones por el virus de Hepatitis B, de las cuales, sólo el 18% son diagnosticadas.
Principales síntomas:
- Fatiga constante.
- Ictericia
- Pérdida del apetito, náuseas, vómitos.
- Orina oscura.
- Heces claras.
- Debilidad
- Dolor en las articulaciones.
- Fiebre
Cerca del 60% de los casos de cáncer hepático son consecuencia de tratamientos tardíos de hepatitis B y C, por lo que es importante mantener los controles médicos al día.
Hepatitis C
Es una infección causada por el virus de la hepatitis C (VHC) que causa inflamación del hígado, un 80-90 por ciento de los casos se hace crónica y hasta un 30% de padecer cirrosis, se propaga a través de la sangre contaminada.
Su periodo de incubación oscila entre las dos semanas y seis meses. Cerca de la mitad de las personas con el VHC no saben que están infectadas, principalmente porque no tienen síntomas.
El mayor grupo de riesgo incluye a todas las personas nacidas entre 1945 y 1965, una población cinco veces más propensa a contraer la infección que las nacidas en otros años.
En la actualidad, el virus de la hepatitis C crónico suele curarse con medicamentos orales que se toman todos los días durante dos a seis meses.
Principales síntomas:
- Fiebre
- Cansancio
- Inapetencia
- Náuseas
- Vómitos
- Dolor abdominal
- Color oscuro de orina
- heces color claro
- Coloración amarillenta de la piel y ojos
Proceso de diagnóstico:
- Detección de anticuerpos con una prueba serológica que revela la infección.
- Si la prueba es positiva para anticuerpo se necesita una prueba de ácido nucleico para el ácido ribonucleico (ARN) del VHC, con el fin de confirmar la infección crónica y la necesidad de tratamiento. Esto ya que la persona pudo haber eliminado la infección por sí misma, y aun así dar positiva.
En caso de confirmarse el virus se deberá evaluar la magnitud del daño hepático (fibrosis y cirrosis), a través de una biopsia hepática o diversas pruebas no invasivas.
Hepatitis E
Este tipo de hepatitis tiene una mayor prevalencia en países asiáticos, su principal causa de contagio es la transmisión fecal-oral, es decir, a través de la ingesta de alimentos manipulados en condiciones de higiene deficiente, consumo de agua contaminada, carnes crudas o semicrudas y la transmisión de la madre al feto.
Los síntomas suelen aparecer entre las dos y las diez semanas luego del contacto:
- Fiebre leve.
- Pérdida del apetito.
- Prurito, sin la presencia de lesiones en la piel que lo justifique.
- Ictericia
- Aumento del tamaño del hígado.
Actualmente, no existe un tratamiento específico para la hepatitis E ya que se suele remitir de manera espontánea y no es necesaria la hospitalización.