El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) no es solo un problema de la infancia, sino que también puede afectar a los adultos. En este artículo, examinaremos el impacto de esta condición en la vida adulta y cómo se puede abordar.
El TDAH es un problema en el neurodesarrollo caracterizado por la falta de atención o hiperactividad e impulsividad.
Quienes lo padecen tienen más probabilidades de experimentar ansiedad y depresión, según una nueva investigación dirigida por psicólogos de la Universidad de Bath, en el Reino Unido.
El objetivo del estudio, que ha sido publicado en la revista ‘Scientific Reports’, es medir con precisión la fuerza con la que los rasgos de personalidad del TDAH estaban relacionados con la mala salud mental.
A tres cuartas partes de los adultos entre 18 y 44 años que padecen TDAH nunca se les diagnosticó el trastorno de niños.
Algunos de los síntomas de TDAH
- Impulsividad.
- Dificultad para concentrarse.
- Falta de organización y dificultades para manejar el estrés.
- Problemas de memoria a corto plazo.
- Problemas de regulación emocional.
- Hiperconcentración.
- Problemas para realizar múltiples tareas a la vez.
- Actividad excesiva o inquietud.
- Baja tolerancia a la frustración.
- Cambios de humor frecuentes.
- Problemas para realizar tareas y terminarlas.
Estos síntomas pueden afectar negativamente el trabajo, las relaciones personales y la vida cotidiana en general.
El TDAH puede ser difícil de diagnosticar en los adultos porque algunos de sus síntomas son similares a los causados por otras afecciones, como la ansiedad o los trastornos del estado de ánimo.
El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) ha sido tradicionalmente considerado como un trastorno de la infancia, pero en los últimos años, se ha registrado un aumento en el número de diagnósticos en adultos.
Esto como consecuencia en los cambios en el estilo de vida, aumento de la tecnología, el estrés y la falta de tiempo para el descanso y la relajación.
No obstante, a medida que se ha expandido el conocimiento sobre el trastorno, se ha hecho más fácil identificarlo en adultos y brindar un tratamiento adecuado.
Consecuencias de no tratar el TDAH:
- Baja autoestima.
- Depresión
- Ansiedad
- Estrés crónico
- Dificultad en las relaciones
- Inestabilidad laboral
- Abuso de drogas
- Comete errores por descuido, al no prestar atención a los detalles.
Para abordar eL TDAH en adultos, es importante buscar ayuda de un profesional de la salud mental. Una vez se diagnostica se puede tratar mediante la combinación de 3 acercamientos:
Una vez se diagnostica el TDAH, este se puede tratar mediante la combinación de 3 acercamientos:
- Medicación: Los medicamentos utilizados para tratar el TDAH en adultos incluyen estimulantes, como el metilfenidato y la dextroanfetamina, así como medicamentos no estimulantes, como la atomoxetina. Estos fármacos ayudan a controlar los síntomas de falta de atención e hiperactividad, mejorando la capacidad de concentración y la impulsividad.
- Terapia cognitivo-conductual: La terapia cognitivo-conductual es un enfoque psicológico que se centra en cómo los pensamientos, emociones y comportamientos están relacionados entre sí y ayuda a mejorar la atención y el comportamiento impulsivo.
- Terapia de modificación de comportamiento: Esta terapia puede ser especialmente útil para mejorar la impulsividad y la hiperactividad en adultos con TDAH.
Aunque el TDAH en adultos es un problema serio que puede afectar negativamente la vida de una persona, con el tratamiento adecuado se pueden superar sus desafíos y llevar una vida plena y satisfactoria.
Los profesionales de la salud mental están mejor capacitados para identificar y tratar el TDAH en adultos, lo que ha permitido a más personas recibir un diagnóstico preciso y un tratamiento efectivo.
En ambos casos, es importante que la terapia sea parte del proceso y que se complemente con un estilo de vida saludable, ejercicio, evitar sustancias como alcohol o drogas y un constante monitoreo de los progresos y retrocesos para identificar cuál es el mejor camino para cada persona.
El trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) se divide en tres subtipos, incluyendo:
- TDAH con hiperactividad-impulsividad: Este subtipo se caracteriza por hiperactividad e impulsividad excesiva, pero sin problemas de atención. La persona puede tener dificultades para sentarse quieta, esperar su turno y controlar su comportamiento impulsivo.
- TDAH con atención predominantemente inatento: Este subtipo se caracteriza por problemas de atención, como falta de concentración, olvido frecuente y dificultad para completar tareas. La persona puede parecer desinteresada o distraída, pero no necesariamente hiperactiva o impulsiva.
- TDAH combinado: Este subtipo se caracteriza por la presencia de síntomas tanto de hiperactividad-impulsividad como de atención predominantemente inatento. La persona puede tener problemas para concentrarse, controlar su comportamiento impulsivo y estar en constante movimiento.
Es importante destacar que los subtipos de TDAH pueden variar en gravedad y presentación en diferentes personas, y que el tratamiento y el manejo pueden variar dependiendo del subtipo específico.
Por lo tanto, es importante trabajar con un profesional de la salud mental para determinar el subtipo de TDAH y desarrollar un plan de tratamiento adecuado.
Los síntomas de quienes padecen TDAH empeoran en las situaciones que exigen una atención o un esfuerzo mental sostenidos o que carecen de atractivo o novedad intrínsecos.